El value investing es una filosofía de inversión que busca generar rentabilidad en el largo plazo invirtiendo en activos de calidad a un precio de mercado por debajo del valor que marcan sus fundamentales de negocio.
El análisis fundamental nos permite conocer el valor real del activo para tomar las mejores decisiones de inversión.
Si el valor que calculamos es superior al valor al que cotiza la compañía, podemos invertir en la misma.
Esperamos a que la inversión genere las rentabilidades que esperamos con horizonte en el largo plazo.
El concepto más importante en el value investing es el margen de seguridad. Es decir, la diferencia entre el valor que hemos calculado y el precio al que cotiza la compañía. Este ha de ser lo suficientemente amplio para que, si nos hubiéramos equivocado en nuestra valoración de la compañía, no perdamos la inversión inicial que realizamos. “Regla número uno, no perder dinero. Regla número dos, no olvidar la regla número uno.” Warren Buffett.
Cuanto mayores y más sostenibles sean las ventajas competitivas que tenga una compañía, existirá un mejor grado de certeza en la valoración de la inversión.
Como inversores guiados por la filosofía value investing, únicamente compramos si nos gusta el modelo de negocio, el equipo directivo y la valoración.
Nunca intentamos predecir la futura dirección del mercado. Simplemente, compramos acciones cuando el precio es inferior a su valor intrínseco (estimación del valor real).