Skip to content

Las tres lecciones que nos deja 2020

Este 2020 ha sido un año de altibajos que muchos no vamos a olvidar. Siempre nos gusta recordar que los tres gestores de Buy & Hold cuentan con una experiencia conjunta de más de 80 años operando en los mercados, pero siempre hay años que destacan respecto a otros, y sin duda el que acaba ha sido un ejercicio para sumar a nuestro haber de experiencias y lecciones aprendidas. En el plano profesional, llegamos al término del ejercicio con nuestra estrategia de renta fija en positivo en el año, mientras que nuestras estrategias flexible y de renta variable terminan en negativo y, aun así, batiendo a nuestros índices de referencia.

De hecho, queremos despedirnos de un año que muchos consideran maldito o gafado o -cuanto menos- singular, haciendo una reflexión sobre las lecciones que hemos aprendido y las que hemos podido refutar una vez más a lo largo del ejercicio.

Tener paciencia y centrarse en el largo plazo

La filosofía de todas nuestras estrategias es estar fully invested, de modo que dedicamos a liquidez habitualmente tan solo el 1% – 2% de la cartera. Invertimos en títulos líquidos, por lo que nuestros gestores tienen margen de maniobra para comprar y vender títulos cuando lo estiman conveniente. Sin embargo, al mismo tiempo, nuestra filosofía es clara: comprar y mantener todo el tiempo posible. Ceñirnos a esta filosofía ha sido importante

Y, sí, sufrimos las caídas generalizadas de marzo, como tantos otros gestores. Pero, sí, también pudimos capturar el fuerte rebote de noviembre, generando rendimientos para nuestros clientes. Esta filosofía de constancia y paciencia es la que nos ha permitido generar atractivos rendimientos en el largo plazo: nuestra estrategia de renta fija acumula una subida de casi el 24% desde 2015; la estrategia flexible, un 111% desde que echó a andar en 2010; y la de renta variable ha generado un 234% para aquellos inversores que apostaron por nosotros desde su inicio, en agosto de 2004.

Contar con un proceso de análisis exhaustivo y ceñirse a él con independencia de lo que haga el mercado

Nuestro proceso de análisis tiene en cuenta factores como la visibilidad de las ventas de las empresas que entran en nuestro radar, la capacidad para generar flujos de caja o, de manera muy importante, cuál es su nivel de solvencia y en qué posición deja a sus arcas. También analizamos si son modelos de negocio expuestos al riesgo de disrupción y, si es así, si estamos ante compañías resilientes y con capacidad de reinventarse para adaptarse al porvenir o si, por el contrario, estamos ante negocios anclados en el pasado, con escasa capacidad de innovación y/o con dificultades para poder generar beneficios, ya sea mediante la generación de productos y servicios con valor añadido, mediante la capacidad de fijación de precios u otros intangibles. Es por este motivo, por ejemplo, por el que dentro del sector financiero preferimos a las empresas que operan en el sector de medios de pago, incluyendo a los digitales, y nos mantenemos lejos de los bancos tradicionales. En un año como este, en el que el efecto disruptor del virus ha dejado bastante claro quiénes son los ganadores y perdedores, acertar con el análisis y diagnóstico se ha vuelto capital para los gestores.

Tener humildad para admitir los errores, y flexibilidad para corregirlos

Y esto nos lleva a la tercera lección que nos deja 2020. En la Carta Semestral que dirigimos a nuestros clientes en verano, haciendo balance del primer semestre de 2020, hemos reconocido que nuestra tesis inicial sobre la pandemia no fue la correcta, porque subestimamos el impacto disruptivo que podía tener el virus sobre la economía. También minusvaloramos la dificultad de controlar la epidemia con confinamientos.

Nuestra estrategia sufrió en consecuencia, porque habíamos comenzado 2020 con posiciones en sectores que se han visto muy afectadas por la pandemia, particularmente el turismo. Nos pusimos manos a la obra, evaluando todas las implicaciones de la pandemia para la economía en el corto, medio y largo plazo y, por tanto, revisando nuestras tesis de inversión. De este modo, efectuamos una serie de ajustes en nuestras carteras, quedándonos solo con aquellos valores que consideramos negocios de alta calidad -algunos injustamente castigados-, desinvirtiendo en otros que ya no encontrábamos atractivos después de revisar nuestras tesis de inversión y reafirmándonos en nombres que ya teníamos en cartera y que consideramos suficientemente resilientes y con potencial para seguir creciendo en los próximos años, como ha sido el caso de grandes valores tecnológicos americanos de la talla de Amazon o Facebook.

Las tres son lecciones valiosas que nos llevamos en la maleta, junto con el resto de las experiencias que atesoramos de años anteriores. No podemos adivinar el futuro, pero sí ceñirnos a lo que ya sabemos para seguir avanzando poco a poco en el camino de la rentabilidad.

Desde el equipo de Buy & Hold queremos aprovechar estas líneas para desearos muy Feliz Navidad y un Año Nuevo 2021 lleno de prosperidad y salud. Salud ante todo.

¡Feliz Navidad!

logo Buy&Hold mobile