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¿Es realista el rally de los mercados? ¿Dónde puedo invertir si hay una segunda ola de contagios?

A lo largo de la semana pasada pudimos asistir a los intentos continuados de los principales índices de la bolsa estadounidense – S&P 500, Nasdaq, Dow Jones- de superar sus máximos de todos los tiempos. Tan solo unos días antes se había publicado el histórico desplome del 32,9% del PIB de EE.UU. en el segundo trimestre, reflejando los efectos letales para la economía del frenazo en la actividad al que ha obligado la pandemia de Covid-19, eso que el FMI denominó en su célebre Outlook económico publicado en abril “The Great Lockdown”. A la vista de este fuerte contraste entre lo que está cotizando en bolsa y los datos macroeconómicos, es razonable preguntarse si estamos ante un caso de desconexión entre la economía financiera y la economía real.

Si nos movemos a este lado del Atlántico, también podemos constatar la publicación de datos macro muy negativos: el PIB europeo se desplomó un 12,1% y Reino Unido ha obtenido el dudoso honor de convertirse en la economía más castigada, con una caída del 20,4% en el segundo trimestre. España también ha registrado la mayor caída de su historia, un 18,5%. Pero, a diferencia de los estadounidenses, los inversores europeos han mostrado estados de ánimos cambiantes. Los principales índices se mantienen en números rojos en el año, con cuantiosas pérdidas de doble dígito salvo en el caso del Dax 30. Fruto quizá del habitual parón estacional, el EuroStoxx 50 ha cotizado sin una tendencia definida.

En España hemos presenciado entre tanto la lucha del Ibex 35 por mantener la cota psicológica de los 7.000 puntos. En el índice patrio, que sigue altamente bancarizado a pesar de los cambios que ha experimentado la estructura de la economía española en la última década, siguen pesando las dudas e incertidumbres sobre el futuro de la banca, pero también cuentan los rumores de posibles fusiones y adquisiciones que den continuidad al proceso de consolidación del sector que se inició en 2008.

Este repaso a vista de pájaro nos plantea una serie de dudas: ¿son los inversores estadounidenses más optimistas por naturaleza? ¿Confían más en el apoyo del gobierno y de su banco central a través de paquetes de estímulos que nosotros, los europeos? ¿O es que están viendo algo que nosotros no vemos? En una entrevista publicada recientemente por La Vanguardia (se puede acceder aquí a un resumen) la economista Carmen Reinhart – conocida por sus estudios junto con Kenneth Rogoff sobre la relación entre endeudamiento y el crecimiento económico-, realizaba esta aclaración: “Es importante no confundir un rebote con una recuperación. Se habla de un rebote del crecimiento y es cierto. ¿Cuántos trimestres consecutivos se puede registrar una caída del PIB del 33% en Estados Unidos? Pero en lo que se refiere a la renta per cápita, ¿cuánto vamos a tener que esperar hasta que recuperemos el PIB de antes de la crisis?”.

Frente a otros informes que están circulando en Wall Street y la City, que hablan de la famosa recuperación en V o incluso con la forma del símbolo de Nike, Reinhart, recientemente nombrada economista jefe del Banco Mundial, se ha posicionado como una de las voces más pesimistas del circuito financiero. En la misma entrevista de La Vanguardia indicaba que, a pesar de la euforia vista recientemente en los mercados, lo que están celebrando es un repunte, “pero una recuperación sostenida es mucho más difícil. Y la reconstrucción tardará mucho”. “La idea de que vamos a tener una recuperación en forma de V es de un optimismo falso. Y no es útil desde el punto de vista de la política”, sentenciaba la economista.

¿Qué pensamos nosotros en Buy & Hold? Desde luego, no tenemos una bola de cristal para diagnosticar el rumbo de los mercados en los próximos meses. Pero tampoco pretendemos hacer ese ejercicio. Nuestro punto de vista es que, en tiempos de incertidumbre, es necesario aferrarse a las certezas. Creemos que ahora mismo la humanidad entera está pendiente del desarrollo de una vacuna que sea efectiva contra el Covid 19. Cualquier avance noticioso en este sentido tendrá sin duda un impacto positivo sobre la moral de los inversores.

Pero, hasta que llegue esa ansiada vacuna, debemos convivir con los nuevos rebrotes. Nosotros pensamos que hoy las principales economías mundiales están mejor preparadas que en marzo para afrontar una segunda oleada: hay más conocimiento sobre la enfermedad, se ha mejorado el abastecimiento de mascarillas, geles y PCR, los hospitales han podido preparar con tiempo instalaciones específicas para enfermos de covid y además se ha demostrado que medidas tan sencillas como mantener la distancia social, lavar las manos o llevar mascarilla son efectivas para reducir los contagios y la carga viral.

Por tanto, interpretamos que las subidas vistas en las últimas semanas reflejan que los inversores ya están poniendo en precio que la segunda ola podrá ser controlada sin necesidad de otro confinamiento generalizado como el de marzo. No obstante, si los inversores percibieran que la situación no está bajo el control de las autoridades sanitarias, o creyesen que el lanzamiento de la vacuna pudiera retrasarse en el tiempo, bien podríamos asistir a nuevas correcciones en los mercados.

En contextos de incertidumbre como estos es cuando se pone a prueba la efectividad de los procesos de inversión. Nosotros procedido igual que lo hicimos ante crisis anteriores, aferrándonos a nuestras creencias como inversores en el largo plazo: siendo pacientes, buscando compañías con sólidos modelos de negocio y evitando aquellas que afronten el riesgo de disrupción o que no sepan adaptarse a los retos que plantean tendencias de desarrollo en el largo plazo, como la digitalización, las energías renovables o el auge del comercio electrónico. Buscamos empresas que sean líderes en sus nichos, con poca competencia y mucha capacidad para fijar los precios, que ofrecen visibilidad sobre sus tasas de crecimiento en el largo plazo y disfrutan de altas barreras de entrada. E invertimos solo cuando su valoración nos ofrece un margen de seguridad, para asegurarnos de comprar crecimiento a un precio razonable

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