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Primer aniversario de nuestro B&H Deuda: un balance más que positivo

El 10 de febrero del año pasado anunciamos el nacimiento de nuestro fondo B&H Deuda. Lo hacíamos sin saber que los mercados iban a vivir un vuelco histórico tan solo un mes más tarde, pero ha sido una buena manera de poner a prueba nuestra estrategia, perfeccionada a través de los muchos años de experiencia de nuestro gestor de renta fija.

Desde luego, los últimos doce meses han sido una auténtica prueba de fuego que creemos haber pasado con nota. Hoy, B&H Deuda se sitúa el octavo de los 94 fondos de su categoría por rentabilidad, al sumar un 1,1% en lo que va de 2021 (con un rendimiento del 0,4% en el mes de enero). Además, lo consigue teniendo un nivel récord de liquidez en cartera, un 13%. Ya puestos a presumir, aprovechamos para comentar que nuestro B&H Renta Fija, también bajo la gestión de Rafael Valera, está el primero por rentabilidad de los 131 fondos de su categoría, según publicó recientemente Expansión.

B&H Deuda es nuestra propuesta para inversores más conservadores y, por tanto, presenta unos niveles de volatilidad y de rotación de carteras más bajos que los de nuestro B&H Renta Fija FI. Decidimos lanzar este producto después de recibir interés por parte de varios inversores, preocupados por el contexto de bajos tipos de interés y la posibilidad que ya acechaba el año pasado de que las entidades de banca privada comenzasen a cobrar a sus clientes por la liquidez. No obstante, también hemos querido que B&H Deuda esté disponible para partícipes minoristas, con una inversión mínima inicial de 1000 euros.

Hoy, un año más tarde, la volatilidad en los mercados está al alza y el coronavirus sigue actuando como fuerza disruptiva para las economías. Los bancos centrales siguen dando su apoyo continuado a la economía con nuevas y generosas inyecciones de liquidez. Los mercados son cada vez más sensibles a la información, especialmente a toda la relacionada con las vacunas contra el covid y su administración a la población, por lo que cualquier noticia positiva o negativa en este ámbito se traduce en movimientos notoriamente rápidos. Por ejemplo, la polémica entre la Unión Europea y AstraZeneca por la distribución de la vacuna tuvo un impacto negativo sobre el sentimiento inversor.

Dicho esto, lo cierto es que la vida sigue y, aunque sea lentamente, están volviendo a pesar otros factores más allá de la pandemia que están más relacionados con la propia actualidad financiera. Lo vimos por ejemplo en enero, mes que estuvo dominado por el temor a que se produjera un repunte de la inflación que provocó una ligera caída en el precio de los bonos con grado de inversión, al tiempo que hemos presenciado una subida del precio de los bonos high yield que se moderó a finales de mes al persistir el entorno de nuevas restricciones a la actividad económica en Europa y el crecimiento de contagios dentro de la tercera ola. También lo hemos visto en febrero, pues el nombramiento de Mario Draghi como nuevo presidente de Italia, con la formación de un gobierno de corte tecnócrata, ha contribuido a reducir la prima de riesgo del país transalpino.

Ponemos todos estos ejemplos porque creemos que es necesario recordar a los inversores que, a veces, los árboles no dejan ver el bosque. Más allá del ruido en torno a las vacunas, es necesario centrarse en las noticias corporativas para poder evaluar correctamente qué compañías son atractivas o no para la inversión. Sin ir más lejos, ha pasado desapercibida la temporada de resultados en EEUU, a pesar de haber empezado con notas positivas. Allí hemos empezado a ver por primera vez desde el estallido de la pandemia un ligero crecimiento de ventas y beneficios, especialmente en el sector tecnológico, con crecimientos de doble dígito y también en beneficios.

En el caso de nuestra estrategia de renta fija, nos centramos en detectar aquella deuda que cotice con descuento de emisores sobre los que tenemos un amplio conocimiento de su modelo de negocio y que consideramos que sean de calidad, por muy endeudados que estén, para asegurarnos de su capacidad para responder ante sus acreedores. Después, como bien indica el nombre de nuestra firma, compramos y mantenemos durante el máximo tiempo posible para poder generar rendimientos para nuestros clientes.

B&H Deuda llega a su primer año de vida con cerca de 70 bonos en cartera. A finales de enero, nuestras principales posiciones estaban en Ence, Cajamar y Gestamp, porque el fondo tiene flexibilidad para invertir tanto en emisores con calificación crediticia como en bonos sin rating, pero de compañías que conozcamos de sobra a lo largo de la dilatada experiencia de nuestros gestores.

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